La verdad es que nunca supe si tuve vaginismo o no. Pero al leer testimonios anteriores me sentí muy identificada.
Pololeé 1 año y medio, y de ese tiempo no pude tener relaciones sexuales con él durante casi 1 año. Yo ya había "perdido mi virginidad e incluso ya había tenido relaciones sexuales con él, pero de un día para otro no pude. Las primeras veces que me dolía y no podía, no le tomé importancia ya que nunca me imaginé que fuera algo duradero. Hasta que un día me puse a llorar a mares del dolor que sentí al intentarlo. Sentí mucho miedo, mucha vergüenza y no entendía que me estaba pasando. Después de largas conversaciones con mis amigas y con él, decidí ir al ginecólogo. Cuando fui y me revisó, me dijo: "Estas ginecólogo. Cuando fui y me revisó, me dijo: "Estas completamente sana, no tienes nada. Te recomiendo que te compres un lubricante" e incluso de alguna manera (no me acuerdo textual) me dijo que tal vez mi pololo no me "calentaba". Me sentí pésimo, no sabía qué hacer y siempre creí que era la única que le pasaba esto y eso hacía que mi autoestima fuera bajando cada vez más. Me compré el lubricante, volví a intentar y nuevamente sentí un dolor muy grande y se hizo imposible. Lloré muchísimo ya que no entendía qué me estaba pasando. Eran tantas las cosas que pasaban por mi mente, y que me decía la gente, que terminé mi relación porque me convencí de que no estaba enamorada y de que esa era la razón. "¿Cómo no vas a poder tirar con tu pololo que supuestamente estás enamorada?" Una de las tantas preguntas que me hacían y que yo misma me hice también. Luego de 1 semana volvimos, ya que efectivamente esa no era la razón, estaba muy confundida, y yo ya no sabía ni qué pensar. Luego de eso decidí ir al psicólogo ya que creía que, si no era algo orgánico, era algo psicológico. Y así fue. Después de muchísimas sesiones, encontré la respuesta que tanto había esperado. 1 año antes de pololear, fui abusada sexualmente y mi cabeza lo había bloqueado completamente. Fue muy duro comenzar a recordar y entender todo. Pero lo que más me llamó la atención, es cómo la mente de alguna manera nos "protege" y luego, eso que queda en el inconsciente, nos daña o nos perjudica de alguna manera. Es impresionante ver como tu mente puede reprimir completamente esos recuerdos. Por eso mismo, siempre he dicho que la terapia nos ayuda enormemente, jamás imagine recordar algo así o que esa era una de las razones por la que no podía tener relaciones sexuales. Luego de varios meses, después de ya haberlo procesado y
"sanado" de alguna manera, pude tener relaciones sexuales.
Ese día me sentí feliz, dejé de sentirme rara, de sentir vergüenza y miedo. Y no por el acto sexual en sí, si no que porque al fin había podido volver a sentirme segura conmigo misma.

 

Mujer Valiente 

25 diciembre 2024 — Josefa Arentsen
Etiquetas: testimonios