Tuve vaginismo, esta es una disfunción sexual femenina no muy conocida, pero si muy recurrente, es algo "tabú" cuando no debiera serlo, ya que es algo que muchas mujeres nos ha tocado vivir, otras que actualmente lo viven y por todas ellas quiero relatar mi experiencia, porque sé y porque a mí, en su momento ver, que otras mujeres sufrían lo mismo me ayudó a buscar la solución al problema y encontrarme conmigo misma.
Salí de un colegio católico, de puras mujeres, esos colegios que te enseñan y te martirizan desde el principio hasta el fin con que las mujeres no deben tener sexo, que es algo malo si no es dentro del matrimonio, que si lo haces es un pecado mortal y te puedes ir al infierno. Tuve experiencias que me marcaron mucho mi adolescencia y mi desarrollo sexual, todavía me acuerdo cuando la prefecta de disciplina pasaba por los cursos con una tijera y si tenías la falda más arriba de 3cm sobre la rodilla te cortaba la basta, si usabas falda corta no eras una señorita, los hombres te podían mirar y podías provocarlos, era algo que te lo repetían constantemente como si al hacerlo estuvieras cometiendo un delito.

Aun así, lo que más me marcó y que siempre recuerdo es una vez que me tocó Dirección Espiritual", esto 3/10 cuando una consagrada te llamaba y te prestaba su ayuda para guiarte en tu camino, por decirlo de alguna forma.
Recuerdo perfectamente haberle contado a la consagrada que me había dado un beso con un hombre que no era mi pololo pero que me gustaba y su respuesta la recuerdo como si hubiese sido hoy: "Los hombres son como los niños, si un niño anhela un reloj con todo su corazón y lo desea más que nada en el mundo, si se lo regalan altiro se lo va a poner 2 veces y después lo va a dejar tirado, distinto sería que si el niño se esfuerza y hace méritos para lograr obtener el reloi hasta conseguirlo, ahí lo va a valorar mucho más y lo va a cuidar como si fuera el mismo. Lo mismo pasa con los hombres, si tu vas y le das un beso sin ser su polola o estar en un compromiso, entonces no te va a tomar en serio y lamento decírtelo así, pero para ese hombre probablemente seas el reloj de regalo fácil". En fin, me comparó con un reloj.
Estas y muchas otras situaciones que me tocó vivir, además del machismo extremo de la sociedad me generaron una especie de trauma y rechazo a todo lo relacionado a lo sexual. Cada vez que me nombraban la palabra "'sexo" lo primero que me venía a la cabeza era "'malo"

¿Por qué digo todo esto y hago esta introducción? Por el simple hecho de que quiero que todas las mujeres que han tenido vaginismo o se sienten bloqueadas ante un encuentro sexual o se sienten identificadas con cualquiera de las cosas que dije anteriormente, quiero que sepan que con esto NO SE NACE, es algo que se genera en base a un trauma, experiencia o fobia y pasa más de lo que uno piensa, por lo que tiene que dejar de ser tabú.
Bueno, hasta que salí del colegio nunca se me cruzó por la cabeza este problema. ¿Cuál era la posibilidad si nunca tuve ni un mínimo acercamiento sexual con nadie? Porque era malo, era de puta y no te tomaban en serio. Esto cambio cuando entré a la Universidad. si más bien entré a una carrera de "'puras mujeres" y a una universidad "lais" (me carga decirlo así) me di la oportunidad de conocer el mundo y empecé a experimentar cosas nuevas, partiendo porque empecé a consumir alcohol, cosa que antes no hacía porque nos decían que no había nada más penoso que ver a una mujer curada.

Empecé a experimentar sexualmente también, a probar nuevas cosas y ver que era lo que me gustaba. Ya a los 20 años decidi tener mi primer encuentro sexual y ahí fue cuando me tomé la sorpresa de que no podía, de que algo pasaba, de que estaba bloqueada. Para ser específica, era como tratar de introducir el puño por una pared de acero, en fin, era imposible. Por ser el primer intento, no le tomé mucha importancia, pero empezaron a pasar los meses, los años, ya después de unos 3 o 4 intentos pasaba lo mismo.
Esto de la mano con el hecho de que nunca pude introducirme un támpax estando en mi periodo menstrual.
Me acuerdo de haber ido donde una ginecóloga para consultar que era lo que podía estar pasando (esto fue a los mismos 20 años) y la respuesta de la ginecóloga fue:
•Tienes que relajarte, no tienes nada. Prueba con lubricante, es como tratar de tomar un jabón mojado con las manos, te va a funcionar al tiro". Y bueno... eso hice, me compré el lubricante, Pero ¿qué pasó después? Cuando llegó mi periodo de nuevo le puse lubricante al támpax antes de introducirmelo y el resultado fue el mismo, tratar de introducir el puño a una pared de acero, ósea, imposible.

No hice mucho más, como ya había ido a una ginecóloga y como es especialista yo estaba 100% convencida de lo que ella me decía era cierto. Entonces cada vez que me llegaba el período respiraba profundo 3 veces para relajarme y después intentaba nuevamente, y el resultado siempre fue el mismo.
Ya llegó un punto que ni siquiera me ponía nerviosa, ya en mi tercer o cuarto intento de concretar una relación sexual como que ya me dejaba no más, no me producía nada, porque sabía que iba a ser otro intento frustrado más. Pero algunas amigas, o los mismos hombres con los que estaba me decían "es porque te pones nerviosa, es porque quizás tienes el hoyo muy chico, lo piensas mucho, etc."

Esto hasta que el 2019 estaba con unas amigas y les conté que no me podía bañar porque estaba con mi periodo y que no podía usar tampax. Ellas me miraron sorprendidas y me dijeron "¿Cómo no vas a saber usar támpax? Debe ser porque no te lo sabes poner" y ahí como buenas amigas se ofrecieron a ayudarme, me explicaron distintas posiciones, etc. Estuvimos aprox 40 minutos y nada, fue todo un trámite.
Ahí fue cuando una de ellas que estudió enfermería 2 años me dijo: "Esto es vaginismo, tengo una amiga que lo tuvo, es mejor que te vayas a ver". Y le expliqué lo que me había dicho la otra ginecóloga, y con una expresión de profunda negación me dijo: "Te voy a dar el dato de mi ginecóloga, ella te va a ayudar, esto es vaginismo"
Ya cuando llegué a Chile, pedí hora con ella. Dicho y hecho, como lo dijo mi amiga, la ginecóloga después de revisarme y hacer unas pruebas (trató de introducir un cotonito y me dolió profundamente para que se hagan una idea) me dijo que definitivamente era vaginismo y que esto no era una enfermedad, sino que un problema de disfunción sexual que necesitaba ayuda tanto fisica como psicológica y me derivó a una especialista. Psicológica también porque como ya les había mencionado anteriormente, eso es algo que se genera por miedos, fobias, malas experiencias, educación restrictiva, etc. Y, para poder sanarlo, también tienes que enfrentar ese problema.

Ahí fue cuando llegué a este centro especialista en temas relacionados a la sexualidad y empecé mi tratamiento de 10 sesiones. Yo pensaba que no tenía arreglo por así decirlo porque fue super frustrante cuando la ginecóloga me trato de introducir un cotonito y fue un martirio, sumado a todo el historial de intentos frustrados de introducirme un támpax.
Pero así todo fui a todas las sesiones y fui muy matea con las tareas.
Me acuerdo que partí con unos ejercicios de musculatura para trabajar la zona acompañados con unos ejercicios de respiración, luego con el dedo meñique hasta llegar al pulgar. Para ese entonces a los dos meses del tratamiento me pude poner mi primer támpax sola, fue tan emocionante que me llegaron a correr lágrimas de la emoción además del apoyo que recibí por parte de mis amigas que me apoyaron hasta el final y me dijeron que todo tenía solución y así fue.
Luego parti con los dildos hasta que terminé mi tratamiento, todo esto acompañado de una terapia psicológica para enfrentar esOS
traumas del pasado y
cerrarlos
completamente.

Fue un proceso, pero fue un proceso muy lindo ya que además conocí mi cuerpo. Recién a los 24 años vi cómo era mi vagina y así me empecé a conectar conmigo misma. Yo pensaba que el himen estaba dentro y fue hasta ese entonces que aprendí que era una membrana delgada que esta ubicada en el orificio de la vagina y que no se rompe, sino que se le hace una rotura, otro concepto erróneo que nos enseñó el colegio, como si el himen intacto fuera sinónimo de dignidad.
Tuve mi primer encuentro sexual después de terminado el tratamiento y resultó increíble, digo primer encuentro sexual ya que la "virginidad no existe, es un concepto errado y retrógrado que te enseñan en el colegio para catalogarte.
Esto no quiere decir que no sea importante, la primera experiencia sexual es algo que siempre se va a recordar por lo que uno tiene que estar segura de querer hacerlo y con la persona correcta.

Quiero que todas las mujeres que lean esto, se sientan identificadas o no, sepan que el sexo y experimentar con uno mismo es lo más natural en el ser humano, y no solo natural, sino que también extremadamente necesario. ¿Cómo nos vamos a querer a nosotras mismas y nuestro cuerpo si no lo conocemos? Mirense, tóquense, pero sobre todo quiéranse y nunca dejen que la religión, el colegio, los papas o sea quien sea les haga pensar lo contrario. Nadie es más o menos por querer experimentar con el cuerpo, porque el cuerpo es de USTEDES y tienen el mismo derecho que cualquier persona independiente su sexo de hacer lo que las haga sentir bien y cómodas. Y si alguna vez, y con esto termino, se sienten discriminadas o rechazadas por alguna persona por algún prejuicio machista, entonces agradezcan tener lejos a esas personas porque la sociedad somos nosotras y si queremos un cambio tenemos que terminar con el patriarcado.
¡Hagamos algo natural lo que siempre ha sido natural!

Mujer Valiente 
25 diciembre 2024 — Josefa Arentsen
Etiquetas: testimonios