Esta frase la dijo la artista y educadora sexual Betty Dodson en la docuserie "The Goop Lab" cuando se refería a la vergüenza que sienten en general las mujeres sobre sus genitales. Por su apariencia, su olor, su sabor, etc...

Ella cuenta su experiencia personal de cómo se avergonzaba por la apariencia de su vulva pensando que era "sexualmente deforme", cuando en realidad era perfectamente normal. El problema era que no conocía que habían diferentes formas de vulvas, así como caras en las personas. No había otra representación de vulva que no fuera la "infantil", por lo que toda vulva que saliera de esa normativa, era objeto de vergüenza, y por ende, limitada de placer. 

Me entristece pensar cuántas mujeres se privan de placer por avergonzarse de su cuerpo, y me entristece aún más saber que yo fui (o soy) parte de ellas. 

"No se le puede pedir placer a un cuerpo con el que estás en guerra" es otra frase que alguna vez escuché pero desconozco su autor/a. Pero me parece tan acertada. Una gran limitante de placer es la poca aceptación de nuestro cuerpo, y con esto, la vergüenza que sentimos por no llegar a esa exigencia impuesta de "cómo debería ser".

La inseguridad de la apariencia genital es una de las muchas inseguridades y causantes de vergüenza que están presente en nuestros encuentros sexuales, pero la vergüenza no solo nos ha privado de placer sexual, nos ha privado de placer en general. Te has preguntado alguna vez:


¿Cuánto placer me he privado por vergüenza?

Vergüenza a cómo se ve mi cuerpo, al qué dirán, a no ser buena, a no estar a la altura, a no saber...

Les dejo esa pregunta para reflexionar.

Con amor, 

Josefa ☾

27 enero 2025 — Josefa Arentsen